lunes, 13 de octubre de 2008

MARTYRS



SINOPSIS: Francia. Una noche a comienzos de 1970. Lucie, una niña perdida hace un año es descubierta andando por una carretera. Está en un estado catatónico y es incapaz de decir nada de lo que le ha sucedido. Los policías no tardarán en encontrar el lugar donde ha estado presa: un antiguo matadero... ¿Qué paso en aquel lugar? ¿Cómo consiguió la chica escapar?

COMENTARIO: Estoy plenamente convencido de que en los próximos meses se hablará, y mucho, de esta película. Ayer a las dos del mediodía tuve ocasión de verla en el Festival de Cine Fantástico de Sitges. Al principio yo me esperaba un film francés encuadrado dentro de la escuela de Frontier(s) o A L'interieur, es decir una película cruda, con abundantes dosis de sangre y cierta originalidad en su argumento y puesta en escena. Y durante la primera hora de proyección es exactamente eso lo que me encontré. Esta es la historia de una niña que huye en estado catatónico de una casa y que, quince años después y en compañía de una amiga, decide acabar con sus captores. El director, en lugar de optar por una rutinaria historia sobre venganza, aporta un interesante plus fantástico: la protagonista es agredida por una mujer deformada de la que no sabemos muy bien si es real o forma parte de la imaginación de la muchacha que justifica de esa manera su tendencia a autolesionarse. Hasta ahí simplemente se trata de una película correcta que contiene buenos momentos de terror.
El problema es que cuando todo parece resuelto, el director Pascal Laugier da un giro de 180 grados al argumento y nos ofrece una media hora final que es, sin exagerar un ápice, la mayor muestra de puro mal rollo que uno ha tenido ocasión de ver en una pantalla a lo largo de sus treinta y ocho años de vida. Sin desvelar demasiadas cosas del argumento, sólo les diré que lo que nos muestra la película es duro, desagradable, difícilmente soportable y que logra remover en su silla al más curtido de los aficionados. En la sala que se proyectaba hubo deserciones masivas y que al final de la proyección todos teníamos la sensación de haber visto algo excesivo y terrible. ¿Arte? ¿Provocación? ¿Reflexión sobre la brutalidad inherente al ser humano?
Seguramente se hablará de los límites de la mostrable, de censura, de si hay que evitar este tipo de cine, de historias sobre lo políticamente correcto. Yo creo que todo ello es gratuito, que el arte es algo que funciona a través de la subjetividad y que ella no puede medirse bajo parámetros de lo que es bonito o no; de lo que se puede y no se puede mostrar. El arte es ficción, reflexión o reflejo de la realidad, no la realidad misma. Eso no lo podemos obviar ni olvidar. Es la base de la libertad.
¿La película es buena o no? Pues no se muy bien que decir. Como producto cinematográfico tiene cosas interesantes y cumple con su función de empatar, pero temgo miedo de que los arboles, por frondosos que sean, no me dejen ver el bosque. Creo que necesitaré unas cuantos días para pensarla y meditarla. De momento lo único que les puedo decir es que mentes y estómagos sensibles abstenerse.
Aunque los medios de comunicación ya se encargarán de recordarlo por activa y por pasiva, avisados quedan.

LO MEJOR: Su capacidad para epatar
LO PEOR: Su capacidad para epatar.

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