domingo, 22 de mayo de 2011

MIDNIGHT IN PARIS


SINOPSIS: Un guionista norteamericano algo bohemio que quiere ser escritor llega con su prometida Inez y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde conocerá a Hemingway, Scott Fitzgerald, Dalí y Picasso, entre otros artistas

COMENTARIO: Ya hace años que la mejor palabra que define la obra reciente de Woody Allen es irregularidad. El realizador neoyorkino, que dirige una película al año, no resulta infalible y alguno de sus últimos títulos mostraban un agotamiento creativo importante. No sólo hablo de esa enorme castaña llamada Vicky Cristina Barcelona, sino de otros títulos que, tal vez con la excepción de Match point, estaban por debajo del talento del realizador. Y es que, por mucho que nos empeñemos, no se puede acertar siempre.
Por todo ello, lo cierto es que me daba bastante pereza ir a ver Midnight in Paris. Las buenas críticas cosechadas durante su pase en el Festival de Cannes y los comentarios positivos de algunas personas me hicieron ir a verla mucho antes de lo que yo pensaba. Y no me arrepiento lo más mínimo.
Allen ha retomado con esta película el pulso firme que había perdido y nos ofrece una película deliciosa, mágica y que logra atraparnos encima de la butaca durante sus casi dos horas de proyección. La historia es sencilla: un escritor norteamericano (extraordinario Owen Wilson) se ve inmerso en el parís de los años veinte donde conoce a toda la bohemia cultural que vivía en la ciudad. A partir de ahí, Allen realiza un discurso sobre la idealización del pasado, las oportunidades perdidas y lo difícil que resulta encontrarnos a nosotros mismos. El personaje encarnado por Wilson se adentra en un mundo fantástico en el que puede alejarse de la realidad, huir de sus miedos, alejarse de su insoportable novia y vivir un sueño. Pero los sueños son sólo sueños, y hasta dentro de ellos existen pequeñas miserias y momentos de desilusión. La vida hay que afrontarla y aprender, pese a las perdidas, a ser consecuente con nuestras decisiones y nuestro destino. Sinceramente creo que este es el discurso que pretende ofrecernos Allen. Esa imagen final con una Léa Seydoux imitando a la Mia Farrow más joven y hermosa, es una perfecta muestra de las intenciones del autor. Cualquier pasado fue mejor… siempre que lo idealicemos.
Da igual que el guión tenga agujeros más que evidentes, que la misoginia de Allen palpable en determinados momentos y que algunos personajes sean excesivamente estereotipados. La cinta es una delicia y se la recomiendo encarecidamente.

LO MEJOR: Es una delicia de principio a fin.
LO PEOR: El guión contiene bastantes incoherencias.

TRAILER

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