LAST DAYS

SINOPSIS: Blake es un afamado músico que vive una crisis existencial. Esta es la historia de sus últimos días; de como su aislamiento en una desvencijada casa se ve rota por una serie de personas que le buscan y de las que Blake sólo quiere huir. Tras componer su última canción, el músico decide acabar con su vida de forma definitiva.

COMENTARIO: Gus van Sant es un director francamente atípico. Tras darse a conocer con una serie de interesantes títulos independientes (Drugstore Cowboy, Mi idaho privado o Ellas también se deprimen) pasó a la primera división cinematográfica con una interesante película, pensada para el lucimiento de una por aquellos entonces floreciente Nicole Kidman, titulada Todo por un sueño . Tras el moderado éxito de la cinta, a van Sant le reclaman desde los grandes estudios y le ofrecen El indomable Wil Hunting, un título que cosechó un éxito inesperado, con algún que otro Oscar incluido. A partir de entonces el prestigio se le subió a la cabeza y se olvida de dirigir: ello lo demuestra en la espantosa Psiocosis (fotocopia en color de la obra maestra de Alfred Hitchcock) y la muy floja Descubriendo a Forrester. El fracaso de esta última hizo que el realizador decidiera volver al cine independiente para filmar una trilogía sobre la violencia compuesta por la extraña Gerry, la excelente Elephant y ésta Last Days que ahora nos ocupa.
La trilogía se caracteriza, en lo formal, por una deconstrucción de la narrativa clásica que le permite al director estructurar sus historias a partir de saltos en el tiempo en los que se ofrecen las mismas secuencias desde distintos puntos de vista. Además, todas ellas muestran una puesta en escena depurada de cualquier preciosismo, llena de travelings de seguimiento y con unas interpretaciones despojadas de cualquier tipo de emocionalidad.
Lo cierto es que lo que funcionaba a las mil maravillas en Elephant, en el caso de Last Days naufraga estrepitosamente. Lo que Van Sant pretendía era recrear los últimos días de la vida del líder Nirvana Curt Corbain, intentando indagar en las causas por las que se llegó a suicidar. El problema es que la historia es vacua, superficial, sin ritmo, plagada de situaciones absurdas y sin ningún tipo de lógica. Además parece que los actores se han puesto hasta arriba de algún tipo de sustancia psicotrópicas que les ha propiciado un estado de cuelgue que se contagia a toda la película; vamos, un pequeño desastre. Lo que no entendemos muy bien es por que esta cinta la han reivindicado algunos sectores de la modernidad más militante. Misterios de los gafapasta.

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