miércoles, 3 de agosto de 2011

LOS PITUFOS

SINOPSIS: El malvado brujo Gargamel persigue a los pitufos fuera de su poblado y a través de un portal mágico llegan a nuestro mundo, en concreto al Central Park de Nueva York. Los pequeños seres azules deberán encontrar el camino a casa antes de que el malvado Gargamel los encuentre. Para lograrlo les ayudará un publicista que está a punto de ser padre.

COMENTARIO: Y es que no aprenderé nunca. A mi favor diré que prácticamente me vi obligado a ver la película (es lo que tiene tener un niño de seis años) y que si de mi hubiera dependido ni se me hubiera ocurrido pagar los ocho euros que cuesta una entrada dominical. Pero es que después del bodrio del Oso Yogui (una de las peores películas de la historia del cine) y de lo poco prometedor que resultaba el tráiler, meterme en una sala para ver Los Pitufos era algo que me apetecía más bien poco.
Y lo peor es que mis sospechas eran absolutamente fundadas. La película es espantosa, absurda, estúpida, irritante, imbécil hasta la nausea y que por no gustar, no gustaba ni a los propios niños. Y lo digo con fundamento: en muchos pasajes de la cinta los a los peques se les notaba cansados y aburridos cual ostras del pacífico.
Si Peyo levantara la cabeza, el pobre hombre a buen seguro volvería a la tumba y se preguntaría que coño han hecho con su creación más famosa. Porqué si, los pitufos, aunque la mayoría de la gente los recuerde por la serie de animación, son unos personajes de cómic creados en 1958 por el dibujante belga Pierre Culliford (que firmaba como Peyo) como secundarios para el álbum “La flauta de los seis agujeros” protagonizadas por Johan y Pirluit, Durante los primeros años de su existencia los pitufos dieron auténticas obras maestras del noveno arte como “La Pitufita” o “Los pitufos negros” para, con el tiempo, caer en una progresiva decadencia artística que, curiosamente, coincidió con su apogeo mediático. Su actual popularidad (son un claro referente de la cultura popular) ha propiciado que llegará a las pantallas esta adaptación cinematográfica que comentaré brevemente.
Una de las cosas que llamaba la atención en la sala de cine en la que vi la película fue constatar que, además de la chavalería, había bastantes parejitas de entre veinte y treinta años. Todas ellas estaban cortadas por el mismo patrón: chicas con cara de ilusionadas ya que iban a rememorar una parte de su infancia (y es que la nostalgia vende) que ya no volverá; y chicos con cara de resignados y pensando que, aunque se tengan que tragar esa tontería de película, su gesto sensible y comprensivo es premiado con un polvete dominguero. En fin, divagaciones aparte, lo cierto es que el ambiente era muy variado y que ello se debía probablemente a que en la campaña de marketing (que ha costado más de 90 millones de dólares) se ha intentado vender la película como un producto familiar para todos los públicos. Pues nada de nada. La película es una castaña infumable.
Para empezar los guionistas llevan a los pitufos a Manhattan para que se codeen con los humanos. No contestos con ello los involucran con personajes ridículos, en situaciones absurdas y sin tener en ningún momento conciencia de que los espectadores tenemos algo llamado inteligencia; no mucha es verdad, pero algo sí. Lo dicho, una película ridícula que nos vende unos valores familiares rancios, con unos actores lamentables (Hank Hazaria como Gargamel da una lección de lo que significa la palabra sobreactuación) y una historia indigna de la trayectoria de los personajes. Y por si fuera poco, está es la película donde más publicidad indirecta he visto en mi vida. Vamos que en algunos momentos parecía más un capítulo de Médico de Familia que otra cosa.
Si con productos como este se quiere acercar a los niños al mundo del cómic, la verdad es que lo llevamos claro. Y es que no todo vale en esto del Show Business. Un fraude en toda línea de la que no se salva nada.

LO MEJOR: Nada
LO PEOR: Todo

TRAILER

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