martes, 15 de abril de 2008

DEAD SILENCE



SINOPSIS: En el tranquilo pueblecito de Ravens Fair cuentan la historia de Mary Shaw, una ventrílocua que enloqueció. Acusada de haber matado a un niño, los habitantes del pueblo la persiguieron, le cortaron la lengua y le mataron. Desde entonces, Ravens Fair ha estado perseguido por la muerte. Lejos de su pueblo natal, el joven matrimonio formado por Jamie y Lisa Ashen creían haber comenzado una nueva vida. Pero cuando Lisa es brutalmente asesinada, Jamie regresa a Ravens Fair para el entierro. Partiendo de la leyenda de Mary Shaw, Jamie no solo descubre que existe una maldición, sino lo que esconde la cancioncilla de su niñez: "Si la ves, no grites o te quedarás sin lengua".

COMENTARIO: En el año 2004, un joven director malayo afincado en los Estados Unidos y llamado James Wan, sorprendió a propios y extraños con una cinta de terror de bajísimo presupuesto y sorprendente guión llamada Saw. Este título, que para muchos inauguro un subgenero llamado hardgore (esto es pelis con giros argumentales inesperados y muertes tan creativas como salvajes) cosecho un éxito de taquilla tan impresionante que dio pie a tres secuelas (y lo que te rondaré morena; el último título todavía ha dado mucho dinero) e hizo millonario a su creador. Este, que no esperaba ni por asomo ese entusiasmo por parte del público, decidió dedicarse a producir secuelas de su película, vivir como un maharajá y contar billetes de cien dólares. Tres años después, al hombre le entra el gusanillo de la dirección y ofrece al gran público su nueva propuesta. Esta recibió el nombre de Dead Silence y es la película que nos ocupa.
Lo cierto es que la premisa inicial de la película no estaba nada mal. La idea de un pueblo amenazado por el fantasma de una ventrílocua que fue asesinada brutalmente unos años antes es cuanto menos atractiva. Además, no lo vamos a negar, esos muñequitos de madera que a mi, personalmente, me producen tan mal rollo, tienen un enorme potencial para darnos miedo. Eso ya lo demostró Richard Attenborough en Magic, Dario Argento en Rojo Oscuro o, sin ir más lejos, Chicho Ibañez Serrador con un extraordinario capítulo de Historias para no dormir. Así, el resultado final de la película de Wang es un pelín decepcionante ya que se limita a manufacturar un producto de terror al uso y descuida las enormes posibilidades de los muñequitos de marras. Me imagino que su idea inicial era crear una franquicia al estilo Pesadilla en Elm Streat, pero todo es tan funcional y aséptico que, la verdad, la peli ni emociona ni irrita.
Dead silence
es un producto de terror bien hecho, que no molesta pero como el que podemos encontrar centenares en los videoclubs.

TRAILER

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